sábado, 7 de mayo de 2011

A TRES METROS SOBRE EL CIELO

Hay veces que voy a más de 200 por hora. Sin enterarme de lo que pasa alrededor, pero de repente aparece alguien que te dice que aflojes y cuando aflojas te das cuenta de las cosas, es entonces cuando me doy cuenta de los pequeños detalles; que detrás de esas copas hay un trofeo, que está sonando mi canción favorita, y que ella se iría aora mismo conmigo al fin del mundo. Esa persona, me hace ir lento, me hace sentirme bien.

Y después, crees que a pesar de lo que ha pasado, vuestros caminos se van a cruzar de nuevo y te das cuenta de que todo se acabó. Que ya no hay vuelta atrás y que tan solo quedan los recuerdos. Y es ahí cuando me doy cuenta de que las cosas solo ocurren una vez.

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